Mallorca

Navidades de otro tiempo

El motivo de la celebración del 25 de diciembre es el mismo: el nacimiento de Jesucristo. La manera en la que conmemoramos esta festividad, también en Mallorca, no ha cambiado mucho con el paso de los siglos, si bien ya no tiene la repercusión de antaño.

Los actos religiosos durante la Navidad tenían, a diferencia de lo que sucede hoy, un seguimiento masivo.
Evocadora imagen de la plaza Marqués de Palmer y la calle Colón en época navideña a principios del siglo pasado.
Panorámica de las calles Antonio Maura a mediados de los años 60.

Durante los primeros siglos de nuestra era los cristianos no celebraron la Navidad, sencillamente porque se desconocía la fecha del nacimiento de Jesús (sí su muerte, durante la Pascua judía). No fue hasta el siglo IV cuando, a instancias del Papa Julio I, se estableció el 25 de diciembre como fecha de dicho nacimiento. Una fecha que no fue elegida al azar, y que está cargada de simbolismo, pues los romanos celebraban entre el 17 y 24 de diciembre las fiestas en honor del Dios Saturno (curiosamente representado por un recién nacido), designando el día 25 como el del nacimiento del “Sol invicto”. Esta fiesta, muy respetada por los romanos, permitía que ni siquiera los esclavos del Imperio trabajaran ese día.


La Navidad en Mallorca, según cuenta en un libro el actual Cronista de la Ciudad, Bartomeu Bestard, hemos de suponer que ya se celebraba en el siglo IV, pues la isla estaba habitada por cristianos. Si bien es a partir del año 1229, con la entrada del Rey Jaime I, cuando se asienta como tradición.


El día 24 de diciembre, en Palma y en los pueblos de Mallorca, durante la mañana y la tarde se realizaban visitas para felicitarse y entregarse regalos. Después se cenaba en familia, antes de ir a la iglesia a escuchar el canto de la Sibil.la, interpretación mallorquina en la que se anuncia la llegada del Anticristo y el fin del mundo. El día siguiente, Navidad, era sobre todo un acontecimiento culinario, en el que no faltaban la tradicional sopa de Navidad y el bollit, embutidos caseros, pava, turrón, vino dulce, etc. Cada cuál comía en su casa ese día, “si bien los matrimonios de recién casados iban a comer a casa de los padres de él o de ella”, relata el editor Miquel Font. Después, por supuesto, todos juntos acudían a misa.


Una de las celebraciones más populares de Navidad era ya entonces la colocación de los belenes. Esta tradición se remonta a cuando San Francisco de Asís, en 1223, celebró una misa dentro de una cueva en la localidad de Greccio, Italia, con un toro y un asno de verdad, franqueando una imagen de piedra del Niño Jesús. Desde entonces todos los frailes franciscanos repartidos por Europa imitaron a su fundador, colocando en sus iglesias las imágenes del belén.


En Mallorca se da la casualidad que el 31 de diciembre, además de celebrar la despedida del año, se celebra la [...]


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Los actos religiosos durante la Navidad tenían, a diferencia de lo que sucede hoy, un seguimiento masivo.
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