AROMAS DE CIUDAD
Un puerto de otra época
Marineros enfrascados en sus faenas del día con un cigarrillo entre los labios, padres pescando con sus hijos a la orilla del mar al caer la tarde, parejas de enamorados paseando junto a las barcas antes de salir a faenar. Melchor Guardia captó con su cámara, a mediados de los años 50, instantáneas sencillamente hermosas de una época que ya solo podemos imaginar a través de las fotografías.




Palma es un claro ejemplo de cómo las ciudades antiguas empezaron a crecer alrededor de sus puertos. La capital de Mallorca, situada estratégicamente en el centro del Mediterráneo occidental, fue siempre un enclave privilegiado de transacciones comerciales entre Europa, África y Asia. Hasta hace apenas medio siglo, los barrios de La Lonja, Santa Creu y Es Puig de Sant Pere conformaron por sí mismos una auténtica ciudad portuaria, donde armadores y corsarios convivían pared con pared con pescadores y marineros. Años en que el mar y el puerto daban vida a la ciudad, y escritores y artistas de fama mundial como Gertrude Stein o Rubén Darío se instalaron a vivir muy cerca del Puerto de Palma. La ciudad fue expandiéndose hasta tal punto que, en las décadas de los 60 y 70, se construyó la autopista que todavía hoy une el aeropuerto con Calvià. Lo que por un lado supuso un avance en las comunicaciones, por el otro seccionó como un filo la estrecha relación entre los barrios anteriormente mencionados y el mar que, hasta entonces, había casi bañado las puertas de sus casas [...]
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