Salva López

“Es liberador deshacerse de uno mismo”

Unas fotografías mundanas en casa de sus abuelos, realizadas por la mera necesidad o placer de contar una historia, llamaron la atención de algunas de las revistas más prestigiosas de Europa. Y así comenzó la carrera profesional de Salva López (Barcelona, 1984), quien durante la pasada pandemia aprendió a “desapegarse” de sí mismo para liberarse y fluir.

“Cuando fluyes por el espacio buscando luces y rincones dejas de pensar, entras en un estado de flow en el que fotografías sin saber y te fundes con todo sin pensar en nada y en nadie. Miras con la cámara y solo disparas porque sigues tu intuición, tu mirada y tu ojo, y así las cosas salen mejor”, cuenta Salva López.

“De niño –dice– era el típico fracasado escolar que en vez de escuchar y coger apuntes dibujaba y hacía garabatos. Empecé a estudiar diseño gráfico porque quería ilustrar, me encantaban los cómics, los pósteres y seguí mi intuición por el mundo visual”.

En 2007, Salva se compró su primera cámara réflex digital y descubrió un tipo de fotografía que le cautivó. “Empecé haciéndoles fotos a mis abuelos en una casa un poco decadente en pleno Raval, un barrio multicultural de Barcelona, donde mis abuelos, el hogar y la luz eran un buen lugar de pruebas para narrar, contar historias y generar sensaciones”. Con estas imágenes llamó la atención de revistas tan prestigiosas como Enroute o Monocle y así, lo que empezó como un hobby, se convirtió en un trabajo profesional.


A finales de 2014 Salva y su pareja rompieron. Para tratar de superar el dolor él decidió escapar a Lanzarote en pleno diciembre. “Ese paisaje duro, volcánico y de destrucción me hacía llorar cada noche, simbolizaba una herida candente dentro de mí. Fotografié sin objetivo alguno y cuando regresé a Barcelona y vi esas fotografías y las de todos los lugares a los que viajé, Eloi Gimeno editó un libro, Illa, una especie de memorias de amor y desamor”.

Durante aquel momento vital “las personas inteligentes de mi alrededor me aconsejaron que viviera y disfrutara el momento, por doloroso que fuera. Hay momentos difíciles y peligrosos, pero es que la vida es peligrosa. Hay que tocar de vez en cuando el peligro para saber que es real. En la vida no existen los espacios seguros y cuando te das cuenta de ello, afrontas los golpes de una mejor manera”.


Durante la pandemia de 2020 algo cambió dentro de Salva. “Tenía cierto dinero, cierto reconocimiento, podía hacer más o menos lo que quisiera, pero estaba mal y buscaba algo que no tenía sentido”. Al poco tiempo nació su hija Celia, “entonces perdí el miedo a desapegarme de mí porque no soy solo yo, es muy liberador deshacerse de uno mismo, este ha sido mi gran descubrimiento en los últimos años”.

Para Salva López la fotografía es “un lenguaje más porque ya no solo nos comunicamos con la escritura sino también con imágenes. Hay fotografías que van más allá de las palabras a través de símbolos y sensaciones”. En la actualidad trabaja para multinacionales como Mango o Zara, pero también para lugares tan bellos y únicos como la Potter’s House, en Mallorca. “Hay un objetivo claro: pensar en cómo verá cada persona. Hay instantes en los que hay que tenerlo todo muy calculado, y otros en los que hay que fluir”, asegura.


“Lo más bonito de la fotografía es [...]


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