Errol Flynn
Cuando Hollywood conoció Mallorca
“El Hollywood del verano”. Así fue bautizada Mallorca por la farándula internacional en los años 50 del siglo pasado. La isla atraía ya entonces a unos pocos europeos acaudalados, si bien su fama llegó al firmamento de las grandes estrellas gracias a una persona: Errol Flynn, uno de los galanes más famosos de la historia del cine.
texto Bernat Garau
Todo empezó un día de 1950 cuando Flynn, excelente navegante, surcaba el mar Mediterráneo junto a su tercera esposa, Patrice Wymore. Ambos acababan de casarse en Montecarlo y, a bordo de su yate Zaca, iniciaban su luna de miel rumbo a Gibraltar. La historia cambió para siempre cuando una fuerte tormenta les obligó a hacer escala en Mallorca. El actor quedó tan prendado de las maravillas de la isla que, antes de hacerse de nuevo a la mar, juró que volvería.
Cumplió su palabra seis años más tarde, en 1956, cuando alquiló una casa en Palma. Fue entonces cuando conoció a Ventura Sala, el hijo de tres años de Eduard Sala, timonel mallorquín que Errol Flynn contrató para el Zaca. Le llamaba “pequeño bandido” y se divertía correteando con él por el barco. El actor se tomaba con humor todas las travesuras de Ventura. Incluso cuando el pequeño encontró una escopeta en un armario y disparó, dejando un agujero en la pared de la cocina del barco. Afortunadamente nadie salió herido.
“Era un bebedor empedernido, vividor, amante de las fiestas, aventurero, mujeriego… Pero sobre todo un hombre accesible y cercano”, relata hoy Ventura. “Cuando navegaba a Ibiza, muchas veces se iba de fiesta con miembros de su tripulación, algo impensable para la sociedad clasista de la época. Y muy a menudo se acercaba cuando los marineros cocinaban en el barco, para comer con ellos”.
La presencia de Errol Flynn en Mallorca atrajo a muchas estrellas, como Ava Gardner, Rita Hayworth, Tyrone Powell, Orson Welles, Douglas Fairbanks o Mary Pickford, que venían a la isla a pasar una temporada. Por eso se hablaba del “Hollywood de verano”. “Sus costumbres eran muy diferentes a las de la sociedad mallorquina tradicional. Pero se les permitían sus excentricidades”, cuenta Ventura. “Una criada de los vecinos de Errol me contó que una vez vio una fiesta en casa del actor. En esta fiesta, el código de vestimenta era llevar medio cuerpo desnudo: cada invitado podía elegir si dejaba al descubierto la parte de arriba o la de abajo”.
En aquellos años, Errol Flynn se integró en la ciudad de tal manera que [...]
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