Pep Girbent
¿Estás seguro de lo que ves?
A Pep Girbent (Sóller, 1966) siempre le ha gustado desconcertar al público, maquinar, provocarle inquietudes y dudas. Quitarle trascendencia a las cosas y jugar en los límites del arte, siendo a la vez el mayor crítico de sí mismo.
texto César Mateu Moyà
fotografía Íñigo Vega
“Al pintar siento una suspensión del tiempo. Me encanta el placer de trabajar a mano. Las imágenes huelen, se oxidan, gotean, crujen. La pintura siempre hace lo que quiere, a veces me sorprende y otras me enfada, pero esa parte sensual es la que hace que sea como es. Al acabar una obra tengo una lucha interior. No es acabarla o no, es darla por solucionada o no. Cuando la finalizo, siento alivio”.
Sin antecedentes artísticos en su familia, Pep Girbent se considera un radical libre, que empezó a destacar en el arte desde muy joven. “Gané un premio internacional de cómic que organizaba una de las mejores editoriales españolas, Toutain Editor, y empecé a colaborar con ellos y con Norma Editor”, recuerda. Con los años fue sintiendo una atracción cada vez más fuerte por la pintura y las artes plásticas, matriculándose en una escuela de Palma “para seguir aprendiendo. Nada más acabar, fui a Madrid a hacer una exposición a pecho descubierto, con la valentía del ignorante. Vendí todos mis paisajes”, relata.
Tras sus primeras exposiciones, “me di cuenta de que estaba haciendo una pintura que atraía a unas galerías y a un sector del arte plástico muy comercial. Tuve una pequeña crisis porque quise buscar de qué manera podía entrar en las galerías que verdaderamente me interesaban. Fue entonces cuando empecé en la Galería Horrach Moyà. Al tomar las riendas Juan Antonio Horrach, la convirtió en una galería de arte contemporáneo, y ambos evolucionamos en paralelo”, explica.
En sus inicios, Girbent contó siempre con el apoyo de su padre. “Me acompañaba a todas partes. En aquel momento no lo valoraba, pero ahora pienso en su confianza, en que aunque yo hiciera la absurdez más grande del mundo, él no decía nada y siempre estaba a mi lado. Por eso sigo creando aquí, en su casa”, confiesa.
Girbent trabaja en la última planta del hogar familiar en Sóller. “Es el lugar donde he pasado más horas de mi vida. Aquí tengo la sensación de estar resguardado. Viene quien quiero. No está exhibido. Me fascina la idea de pintar aquí arriba y que mis obras se vean en Nueva York, Miami o Hong Kong”, dice.
Para Girbent fue Andy Warhol quien cambió la concepción de artista. Con él se pasó del prototipo de artista romántico al actual, más completo, más sibilino, que tiene muchas máscaras y que juega con el público, que propone a diferentes niveles, que no solo busca la espectacularidad de la obra sino que replantea cuestiones, y que te avisa diciéndote ¿seguro que estás viendo exactamente lo que ves?’”...
Montse Torras, amiga de Pep, lo define como “un artista conceptual que pinta muy bien y no al revés”. Él lo confirma, ya que parte de su discurso está enfocado “en contra de los paradigmas centrales del siglo XX, que siguen muy inspirados en el modelo del Picasso pintor”.
Girbent siente que su imagen “es decepcionante respecto a la imagen que se tiene de un artista. A las 14.30 h. me voy a casa y no quiero saber nada más hasta el día siguiente. No respondo a la imagen de artista para quien la vida y la obra son un todo. Tengo muchas inquietudes como jugar a fútbol, la literatura o el cine”, confiesa.
“El público debe saber que cuando venga a una exposición mía puede encontrarse cualquier cosa”. Su imaginación es sibilina, como la de Borges, uno de sus referentes. Un ejemplo de ello es el día en que se inventó a un pintor chino, Liu Wein, para la Nit de l’Art de 2018. “La comisaria me lo propuso y yo acepté. Tuvo un éxito enorme. Todas las galerías querían exponer sus obras, pero claro: no existía. Me inventé un perfil de artista que iba en contra de las corrientes de su país, China, que tenía fobia a las redes sociales, a volar en avión, que no quería conceder entrevistas…”, revela. “Los temas que me interesan son el original, la copia, la autoría, la impostura, la pintura en la época de internet”...
De hecho, Girbent también inventa exposiciones en su currículum. “Son un reflejo de mis inquietudes. Son como una obra más”.
Una buena muestra de ello es lo que le sucedió con [...]
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