Maggie Adrover
La belleza de las pequeñas cosas
Cuando Maggie Adrover (Felanitx, 1982) diseñó su primer anuncio tenía 10 años. “Mi padre tenía un camión de basura e hice un anuncio buenísimo que decía: Si mi padre no está conmigo, es que está trabajando para usted, y lo acompañé con un container sonriendo”. Para ella no puede haber mayor felicidad que ir a una viña, colocar unas piedras sobre la tierra y torrar.
“La naturaleza no se puede superar”, dice.
texto César Mateu Moyà
fotografía Tania Baides Atelier, Javier Català y Mateu Bennàssar / Retrato: Íñigo Vega
Hacía tiempo que Maggie quería volver a Mallorca. Pero, después de haber trabajado en estudios de diseño como Run y Mucho, en Barcelona, sentía que aquello era “un suicidio profesional”. Hasta que la llamó Atlas, uno de los estudios de mayor prestigio de la isla. Entonces sí hizo las maletas y regresó. “Fue precisamente Astrid Stavro, socia de Atlas, la persona que me animó a emprender”. Tras superar los primeros miedos y autosabotajes, Maggie creó en 2016 su propio estudio de diseño, Màrmola Mans. Hoy crea los diseños de marcas tan peculiares como los vinos Patatilla o Chateau Paquita, o los refrescos La Lata. También ha rediseñado el Setmanari Felanitx y creado la imagen corporativa de CAV. o los envoltorios de la mítica heladería Ca’n Miquel, en Palma.
“Tengo la suerte de trabajar con pequeños productores que crean productos con mucho cariño. Dar forma a sus proyectos, hechos desde el alma, es muy especial e implica una relación casi [...]
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