Jørn Utzon

El refugio de Jørn Utzon en Mallorca

Con terrones de azúcar en un bar. Así explicó Jørn Utzon (Dinamarca, 1918-2008, arquitecto entre otros edificios de la icónica Ópera de Sídney) a su albañil la manera en que debía construir Can Lis, el refugio de Utzon en Portopetro, al este de Mallorca. Una casa que consta de cinco elementos, cuatro volúmenes y una sala sin techo, integrados entre los pinos y por los que se cuelan la brisa del mar, la luz y las sombras de una forma singular.

Si observamos los edificios que Jørn Utzon proyectó y las palabras que dejó escritas, podemos intuir que fue un hombre que amaba la libertad. “Lo que a todo ser humano le gustaría es ser completamente libre para sacar lo que lleva dentro, la fuerza que posee, todos sus talentos”, dijo una vez.

Y aún más. Para describir lo que había sido para él proyectar la Ópera de Sídney a los 38 años de edad, se apoyó en unas palabras del escritor alemán Goethe: “Dame un trabajo al que pueda dedicarme con amor y aptitud al cien por cien y ya no será un trabajo. Se convertirá en arte, en una expresión de amor”. Esto fue la Casa de la Ópera para Jørn Utzon.


Un hombre con ideas nuevas

En 2003 Utzon fue galardonado con el Premio Pritzker por su trabajo de toda una vida. El arquitecto no acudió a la entrega, su hijo Jan lo hizo en su lugar. Durante su discurso se refirió a las peculiaridades de su padre cuando empezó a construir Can Lis, su casa en Mallorca: “El primer día –relató Jan Utzon– mi padre apareció en la obra con varias botellas de vino. Entonces los obreros que iban a trabajar con él entendieron que era un hombre con ideas nuevas, y que la obra de aquella casa iba a ser diferente a todas las demás en las que habían trabajado”.


Jørn Utzon y su mujer Lis visitaron [...]


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